Una apuesta por el producto local
Los Reglamentos (CE) nº 852/2004 y nº 853/2004, excluyen de su ámbito de aplicación el suministro directo por parte del productor de pequeñas cantidades de productos primarios al consumidor final o a establecimientos locales de venta al por menor que suministran directamente al consumidor final.
En Andalucía se publicó en noviembre de 2016 el Decreto 163, por el que se regula el sistema de información de venta directa de los productos primarios desde las explotaciones agrarias y forestales a las personas consumidoras finales y establecimientos de comercio al por menor.
Al regularse la venta directa o cualquier tipo de suministro directo de pequeñas cantidades de productos primarios a las personas consumidoras finales o a establecimientos locales de comercio al por menor, se consigue acceso a productos más frescos y de gran calidad, obtenidos de manera tradicional y el acceso a variedades locales que no suelen llegar a la gran distribución, todo ello sin menoscabo de los objetivos de seguridad alimentaria.
Se ponen a disposición del consumidor un total de 22 categorías de productos agrarios y forestales sin transformar, pero siempre con un límite de cantidad anual según el producto, que se podrán vender en la “propia explotación”, en el “mercado” y a establecimientos de “venta al por menor” (sin intermediarios) que incluye a los establecimientos destinados a actividades de restauración colectiva, restaurantes e instalaciones de turismo rural. En ninguno de los casos el ámbito de comercialización de los productos superará el ámbito geográfico de Andalucía.
Todas estas medidas de flexibilidad van a dar lugar a que podamos disfrutar de ciertos alimentos de cercanía y de temporada que de otra forma serían inalcanzables y que, además, se pueda disponer de ellos en establecimientos de restauración: aceitunas de mesa, bellotas y castañas recolectadas, caracoles de granja, cereales cultivados, espárragos silvestres recolectados, fresas y otros berries cultivados, frutales subtropicales cultivados, hortalizas cultivadas, huevos, jalea real, legumbres, miel, otras frutas y frutos cultivados, patatas cultivadas, plantas aromáticas recolectadas, piñones recolectados, polen, propóleo, setas cultivadas y setas silvestres recolectadas, y tagarninas.
Ángel Manuel Caracuel García
Veterinario Bromatólogo en la Unidad de Gestión Clínica de Endocrinología y Nutrición del Hospital Regional Universitario de Málaga
@bromatologoXXI