TEN CUIDADO CON LOS PAÑOS DE COCINA…

TEN CUIDADO CON LOS PAÑOS DE COCINA…

¿Te has planteado que cuando usas un paño de cocina puedes estar contribuyendo a aumentar la contaminación de los alimentos que elaboras?

Cada mañana voy a desayunar a un bar que está cerca de dónde trabajo, con algunos compañeros. Es nuestro memento de deleite, porque vamos a un sitio donde nos gusta el café, las tostadas o auténticos bocadillos. Nos gusta también el trato de quién nos atiende que es muy personal y agradable, nos sentimos, ellos y nosotros, como en familia.

Estamos clasificados como “vip”. Solemos ir después de las once por lo que lo normal es que nos sentemos en una mesa que tienen que recoger y limpiar. Es el instante más gris del desayuno ya que con frecuencia la mesa huele mal tras pasarle el paño, aparentemente limpio y tenemos que limpiar con disimulo cuando el/la camarero/a se retira. Allí se me ocurrió escribir este artículo.

Sí, los paños, trapos, bayetas e incluso estropajos de cocina son el edén para las bacterias, actúan como reservorio y propagadores de gérmenes incluyendo microbios patógenos. Pueden transportar los gérmenes de zonas contaminadas a zonas incluso desinfectadas, de alimentos sucios a alimentos listos para el consumo. Junto con las manos, cuchillos y superficies de cortar, comparte espacio con alimentos de toda clase y, en consecuencia, con posibles riesgos alimentarios derivados de la presencia de microorganismos patógenos.

Para entender cómo funciona, pongamos un ejemplo. Si compramos un alimento crudo, pollo, pescado filete (los alimentos crudos vienen contaminados de origen) este traerá bacterias a nuestra cocina, lo apoyamos sobre la mesa de forma que contaminamos la mesa, si lo lamamos en el fregadero contaminamos este fregadero y lo que salpique, después limpiamos con un paño, de forma que impregnamos el paño. Las bacterias se alojan en él y empiezan a multiplicarse. Con ese paño puede que también nos sequemos las manos con lo que volvemos a contaminarlo o nos contaminamos las manos después de haberlas lavado. Como somos muy limpios, lo lavamos bajo el grifo, pero las bacterias siguen en él, cada vez más arraigadas al paño, de forma que, cada vez que limpiamos algo con él lo que estamos haciendo es “sembrar” o impregnar las superficies con las bacterias que traía el alimento crudo, sembramos fregaderos, tablas de corte, cuchillos, mesas…

No te alarmes, si somos conscientes la solución es fácil;  

  1. no te seques las manos con un trapo de cocina, menos si antes ha sido usado para manipular alimentos crudos, como carne o pescado;
  2. retira de la cocina los paños cuando limpies superficies que han estado en contacto con alimentos crudos o,
  3. usa una solución de desinfectante (pe lejía) para lavar los paños mientras los uses y
  4. sobre todo, no dejes los paños o estropajos húmedos en la cocina por mucho tiempo, lávalos y sécalos después de cada uso;
  5. para determinadas operaciones los puedes sustituirlos por papel de cocina, que lo usas y lo tiras, este papel viene bien tanto para superficies muy manchadas como para secar superficies cuando están limpias.

El objetivo es reducir el nivel de contaminación, ya que cuando se utilizan trapos en la cocina para la limpieza, se diseminan las bacterias de un área a otra y actúan como reservorios, sobre todo, si los trapos están húmedos porque la humedad es un gran aliado de los patógenos. Entre otros evitarías bacterias  como Salmonellas, Estafilococos y Listeria.

Espero que con estos consejos no te pase nada con los alimentos que preparas. ¡Buen provecho!

Tomás Arencibia Rivero. Veterinario,

Especialista en bromatología, sanidad y tecnología de los alimentos.

Bromatólogo en el Hospital Universitario Puerta del Mar de Cádiz

Deja un comentario